El Señor Es Tu Refugio

 
Salmos 91: 1-2 NBLA
El que habita al amparo del Altísimo Morará a la sombra del Omnipotente. Diré yo al Señor: “Refugio mío y fortaleza mía, Mi Dios, en quien confío”.

Cada día, somos bombardeados con noticias de conflictos, desastres naturales, enfermedades y nuevas cepas de virus resistentes a las drogas. También escuchamos de personas que pierden a sus seres queridos en accidentes extraños. Y nos preguntamos, "¿Hay algún lugar donde pueda refugiarme de un mundo enloquecido?"

¡Sí, lo hay! Dios previó todas estas cosas y ha prometido en su Palabra protección de todo mal conocido por el hombre. No hay ninguna trampa puesta por el diablo de la que nuestro Padre no pueda librarnos, si confiamos en Él y nos refugiamos en Él. Esa es su promesa en el Salmo 91.

Ya sea un terremoto a medianoche, un francotirador loco, un virus desconocido o un ataque terrorista, Dios dice: “No temerás el terror de la noche, Ni la flecha que vuela de día, Ni la pestilencia que anda en tinieblas, Ni la destrucción que hace estragos en medio del día” (Salmo 91:5-6, NBLA).

Porque lo has hecho tu morada, los ángeles te están cuidando ahora mismo (Salmo 91:9-11). Ellos prestan atención a la voz de la Palabra de Dios, así que tú debes dar voz a la Palabra de Dios. Esto significa que debes estar de acuerdo y decir lo que la Palabra de Dios dice sobre su preservación y protección. Entonces, los ángeles son enviados para ministrar por ti (Hebreos 1:14).

Amigo mío, no digas, "¡Si les puede pasar a ellos, también me puede pasar a mí!" Di: "¡Mil pueden caer a mi lado y 10.000 a mi derecha, pero no se acercarán a mí!" (Salmo 91:7) El mundo dice que no puedes esperar más que peligro a tu alrededor. Dios dice: "Estás en este mundo pero no eres de este mundo. Tienes mi protección porque eres de mí y estás en mí" (Juan 17:14-23).

Tienes acceso por fe al lugar secreto del Altísimo donde ningún mal puede tocarte. No hay necesidad de temer vivir en el fin de los tiempos porque el Señor es tu refugio y fortaleza. Su palabra lo dice. Y aquellos que confían en su palabra ¡completamente encuentran su palabra completamente verdadera!

© Joseph Prince, 2008. Todos los derechos reservados.