Soy un americano que vino a Singapur para trabajar en un nuevo negocio a principios del año pasado. No era un creyente en ese momento y no había oído nada sobre el evangelio de la gracia. Todo esto cambió cuando conocí a una chica de Singapur que servía en la Iglesia de la Nueva Creación [en Singapur].

Me invitó al servicio un día y en el momento en que entré y escuché los primeros acordes de la música de adoración, sentí ganas de llorar. No podía explicarlo pero en ese momento, sentí que Dios me alcanzaba por primera vez. Recibí a Cristo Jesús en mi corazón, y mi vida nunca ha sido la misma.

Escuchaba los sermones del Pastor Prince todos los días y mi relación con Jesús se hizo más profunda. El evangelio de la gracia corrigió tantos malentendidos que tenía de Jesús y me aseguró de su amor por mí una y otra vez.

Hacia el final del año pasado, mi negocio se interrumpió y empecé a buscar un nuevo trabajo en América. Esta búsqueda de trabajo se prolongó durante unos meses. Aunque había trabajos que parecían prometedores, la situación de COVID-19 hizo que muchos negocios congelaran las contrataciones. Si yo fuera el mismo de antes, estaría muy preocupado por no encontrar un trabajo en tiempos tan turbulentos.

Sin embargo, seguí diezmando, escuchando sermones, orando en lenguas, tomando la Santa Cena y meditando sobre Juan 14:27. Había una paz inexplicable en medio de la tormenta, y sabía que Él proveería.

En poco tiempo, recibí una oferta para un trabajo en un prospero negocio de tecnología con sede en América que es el mayor jugador en su espacio. Oré por la sabiduría y el favor del Señor y negocié por un paquete de pago más alto. Finalmente, el salario que me ofrecieron fue 4 veces el que ganaba anteriormente. ¡Alabado sea el Señor, Él es fiel! Sabía que sólo el Señor podía abrirme camino en esta época de hambruna.

Su bondad no se detuvo ahí. Esa hermosa chica de Singapur que me trajo a la Iglesia de la Nueva Creación finalmente se convirtió en mi novia, y nos comprometimos! A pesar de que el mundo parece estar en su momento más oscuro, estoy emocionado por los nuevos comienzos de mi vida y no puedo esperar a construir una familia con Jesús en el centro.

Gracias, Pastor Prince, por predicar el evangelio de la gracia. Estoy tan bendecido de que Dios me haya traído a Singapur para encontrarme con Jesús y aprender sobre sus verdades. Así como los israelitas salieron de Egipto con plata y oro y ninguno débil, así nosotros como hijos de Dios saldremos de COVID-19 más fuertes y más gloriosos.

¡Aleluya, gracias, Jesús!

Pratyush Buddiga
California, Estados Unidos