La Raíz De Tu Problema Es La Condenacíon

 

Este mensaje es un recordatorio para todos los que hemos estado escuchando el evangelio de la gracia desde hace algún tiempo. El Señor nos está revelando el secreto para vivir una vida transformada. Es hora de que eliminemos todos los botones de nuestra vida que el diablo presiona constantemente. Vamos a llegar a la raíz más profunda que causa todos nuestros problemas.

Recientemente, el Señor me dijo: "Hijo, lo que te mostré hace algún tiempo -que la condenación mata- es hora de tomarlo en serio. Has estado predicando a la iglesia sobre los peligros del estrés, pero hay una raíz más profunda que el estrés".

TUS PROBLEMAS NO SON LA RAÍZ
Amigo mío, cuando pasas por un día malo, eres como una planta enferma con hojas enfermas. Puede que tengas hojas de enfermedad, pobreza, un matrimonio roto o depresión en tu vida. Pero estas son solo las hojas. Estas son solo las manifestaciones de la raíz. Sería una tontería atacar las hojas porque no son la causa de tus problemas. Todos sabemos que no habrá hoja si no hay raíz.

Incluso el mundo lo sabe y muchas personas de la ciencia médica están empezando a darse cuenta de que la enfermedad tiene una raíz. De hecho, un estudio realizado por un conocido centro médico demostró que alrededor del 70% de todas las enfermedades se deben al estrés.

CONDENACIÓN LA RAÍZ MÁS PROFUNDA DE TODAS
Ahora bien, la raíz más profunda del estrés es el miedo. Todo el estrés está causado por el miedo: miedo a fracasar, miedo a no tener lo suficiente, miedo a la muerte, etc. Pero eso es lo más lejos que puede llegar la ciencia médica. No pueden tocar la raíz más profunda porque es espiritual.

Y LA RAÍZ MÁS PROFUNDA DE TODAS ES LA CONDENACIÓN
Cuando hay condenación, habrá miedo. Cuando hay miedo, habrá estrés. Y cuando hay estrés, habrá manifestaciones de la maldición.

Ahora, si no estás de acuerdo conmigo en que la causa raíz es la condenación, permíteme referirte al Génesis, el libro de los comienzos.

¿Saben que Adán fue plantado en medio de una obra terminada? Todo estaba preparado para él. Pero el diablo le dijo que necesitaba hacer algo para calificar para todo lo que ya había calificado. El diablo le dio una identidad equivocada. Le dijo: “Ciertamente no morirán. 5 Pues Dios sabe que el día que de él coman, se les abrirán los ojos y ustedes serán como Dios, conociendo el bien y el mal.” (Génesis 3:4-5, NBLA)

¡La verdad es que Adán ya era como Dios! Pero Adán creyó al diablo, comió el fruto y cayó. Y vino la maldición.

Antes de que hubiera pobreza, enfermedad y muerte en la vida de Adán, hubo estrés. ¿Cómo lo sabemos? Bueno, Dios dijo: "Con el sudor de tu rostro comerás el pan..." (Génesis 3:19, LBLA) Y el sudor habla de estrés y esfuerzo propio.

Pero si te profundizás, te encontrarás que había miedo. ¿Sabes lo que Adán le dijo a Dios cuando éste le preguntó dónde estaba? Dijo: “Oí tu voz en el huerto, y tuve miedo, porque estaba desnudo; y me escondí” (Génesis 3:10, RVR1960). Adán tenía miedo. Tenía temor. Así que la raíz más profunda del estrés es el miedo. Pero antes de tener miedo, se sintió condenado.

LA LEY CONDENA
¿Por qué se sintió condenado Adán? Fue porque participó del árbol del conocimiento del bien y del mal. Ni siquiera era el árbol del mal ni el árbol del pecado. Entonces, ¿de qué habla el árbol de la ciencia del bien y del mal? ¿Cómo hizo que Adán pecara?

Amigo mío, el árbol del conocimiento del bien y del mal es una imagen de la ley porque la ley nos da el conocimiento del bien y del mal. La Biblia dice: “…pues por medio de la ley viene el conocimiento del pecado” (Romanos 3:20, LBLA). Contrariamente a la opinión popular, Dios no dio la ley para que el hombre viviera o para hacer al hombre santo. Dios dio la ley para que sepamos que somos pecadores y veamos nuestra necesidad de un Salvador.

Ahora, sabemos que la ley trae el conocimiento del pecado. Pero, ¿qué sucede cuando se tiene el conocimiento del pecado? Te sentirás condenado. Así que de ahora en adelante, cuando pienses en la ley, piensa en la condenación. No pienses en la ley como en hacer el bien o no hacer el mal porque Dios no nos dio la ley con ese propósito. La ley condena. (2 Corintios 3:7-9)

LAS TÁCTICAS Y EL ARMAMENTO DEL DIABLO
Te preguntarás: "Pastor Prince, ¿qué tiene que ver la ley con mis problemas?".

Amigo mío, nuestro enemigo el diablo es más inteligente que muchos psiquiatras, psicólogos e incluso muchos creyentes. El no se ocupa de lo periférico y lo superficial. ¿Sabes cuál es su primer nombre? No es "ladrón" o "asesino", aunque robe y asesine. Su primer nombre es Satanás, que en hebreo significa "fiscal" o "acusador".

¿Sabes cuál es el papel de un fiscal en el tribunal de justicia? Está ahí para procesarte y condenarte. Nunca habla de tus puntos buenos. Sacará a relucir todos los trapos sucios y te acusará implacablemente hasta que te sientas condenado.

Así que el nombre del diablo nos dice que va directamente a la raíz de tus problemas. No viene a decirte: "Deja que tus negocios fracasen" o "Descuida a tus hijos". Por el contrario, viene a decir cosas como: "¿Cómo puedes dejar fracasar el negocio?" o "¡Llámate a ti mismo cristiano! Llámate a ti mismo un buen padre. Eres un padre pésimo". Te acusa hasta que te sientes condenado. Y utiliza la ley, que es santa, buena y justa, para condenarte. Por eso la condenación -la raíz de todos tus problemas- es tan sutil. Por eso la condenación suele pasar desapercibida.

Me he dado cuenta de que el diablo no ha cambiado sus tácticas ni siquiera con una iglesia como la nuestra, en la que predico con tanta fuerza contra la condenación. ¿Saben por qué? Porque no tiene otra táctica. ¡No tiene otra arma! El diablo no puede imponer la maldición en tu vida aparte de la condenación. El diablo no puede hacer que te enfermes aparte de la condenación. Usted tiene que cooperar con él y recibir la condenación primero.

DIOS DESARMÓ AL DIABLO EN LA CRUZ
Colosenses 2:14-15, (NBLA)
Habiendo cancelado el documento de deuda que consistía en decretos contra nosotros y que nos era adverso, y lo ha quitado de en medio, clavándolo en la cruz. Y habiendo despojado a los poderes y autoridades, hizo de ellos un espectáculo público, triunfando sobre ellos por medio de Él.

La buena noticia es que Dios desarmó al diablo en la cruz. Dios tomó su única arma -la ley- y la clavó en la cruz. Sí, Dios ha triunfado sobre el diablo y todos sus principados y poderes demoníacos. Es por eso que a menudo le digo a la iglesia que no estamos luchando por la victoria. Estamos luchando desde la victoria. La victoria ya es nuestra a través de la obra terminada de Cristo en la cruz.

LA CLAVE PARA NO CONDENARSE
El hecho de que puedas sentirte condenado es una prueba de que tienes un corazón de carne, no un corazón de piedra. (Ezequiel 11:19, 36:26) Es una prueba de que usted ha nacido de nuevo. ¿Cuál es, entonces, la clave para salir de tu día malo? ¿Cuál es la clave para no tener condenación en tu vida?

Romanos 8:1
Por lo tanto, ya no hay ninguna condenación para los que están unidos a Cristo Jesús

EL ÚNICO LUGAR DONDE NO SE ENCUENTRA CONDENACIÓN ES EN CRISTO JESÚS.
La palabra "por lo tanto" conecta Romanos 8:1 con los versos anteriores de Romanos 7, donde Pablo habló de cómo fue condenado por la ley que conocía tan bien.

La razón por la que ahora no hay condenación, es que Dios nos amó tanto que nos dio a su Hijo Jesucristo para que muriera por nuestros pecados. Jesús vino y fue condenado por nuestros pecados en la cruz. Cuando Él colgó en la cruz, Dios tomó todos nuestros pecados de toda nuestra vida, y los acumuló sobre Jesús. Entonces Él desató la venganza de su furia contra la iniquidad y el pecado en el cuerpo de Jesucristo hasta que Jesús gritó: "¡Consumado es!" La razón por la que tú y yo no experimentamos ninguna condenación hoy en día es que todos nuestros pecados han sido castigados y condenados, pero en el cuerpo de otro, ¡en el cuerpo de Jesucristo!

LO QUE SIGNIFICA VENCER AL DIABLO POR LA SANGRE DEL CORDERO
Apocalipsis 12:10-11, (NBLA)
Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: Ahora ha venido la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de Su Cristo, porque el acusador de nuestros hermanos, el que los acusa delante de nuestro Dios día y noche, ha sido arrojado. Ellos lo vencieron por medio de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio de ellos, y no amaron sus vidas, llegando hasta sufrir la muerte.

Muchos cristianos saben que vencemos al diablo por la sangre del Cordero. Sabemos que hay poder en la sangre de Cristo. ¿Pero qué tiene la sangre de Jesús que la hace tan poderosa?

Ahora, ¿qué dijo Jesús de la sangre cuando instituyó la Cena del Señor? Dijo: “porque esto es Mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos para el perdón de los pecados” (Mateo 26:28).

La sangre es para el perdón de los pecados. ¡La sangre está ahí para asegurar que usted viva sin condenación! ¡Eso es lo que la hace tan poderosa!

Observe también lo que se dice en el versículo 10, "...porque el acusador de nuestros hermanos, que los acusaba delante de nuestro Dios día y noche, ha sido arrojado". El diablo es llamado el acusador de los hermanos. Y acusa implacablemente al pueblo de Dios día y noche. Pero la buena noticia es que ha sido abatido. Ha sido derrotado. En el momento en que no tenga poder para acusar, ¡la salvación, la fuerza, el reino de Dios y el poder de Cristo se manifestarán en tu vida!

NO RESPONDAS AL ACUSADOR
Algunos de ustedes podrían decir: "Pastor Prince, no tengo ningún problema con esta raíz. No me siento condenado".

Amigo mío, te sorprenderás. La condena es muy sutil, especialmente si tu eres una persona que cree en hacer lo correcto. Continúa haciendo lo que es correcto, pero no respondas al acusador. Cuando decides no responderle, él no puede condenarte. La raíz de todos tus problemas es destruida, y llegarás al lugar de no condenación en tu vida.

¿QUIÉN PUEDE ACUSAR A LOS ELEGIDOS DE DIOS?
Romanos 8:31-35, 8:37, 8:39 (NBLA)
31 Entonces, ¿qué diremos a esto? Si Dios está por nosotros, ¿quién estará contra nosotros?
32 El que no negó ni a Su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿cómo no nos dará también junto con Él todas las cosas?
33 ¿Quién acusará a los escogidos de Dios? Dios es el que justifica.
34 ¿Quién es el que condena? Cristo Jesús es el que murió, sí, más aún, el que resucitó, el que además está a la diestra de Dios, el que también intercede por nosotros.
35 ¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada?
37 Pero en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de Aquel que nos amó.
39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios que es en Cristo Jesús Señor nuestro.