Transformado Por El Favor De Dios
…la bondad de Dios te guía al arrepentimiento…
Permítanme compartir con ustedes el testimonio de un joven cuya vida ha sido maravillosamente transformada por el inmerecido favor de Dios. Este joven fumó su primer cigarrillo cuando sólo tenía nueve años. A los 14 años, ya era un pandillero experimentado, que vendía y consumía drogas, y vendía películas piratas.
El cristianismo es una relación íntima con un Dios amoroso.
Con el dinero que ganaba, obsequiaba a los miembros de su banda con ropa o comidas de lujo, e incluso cubría los gastos de transporte para que se reunieran en las peleas de la banda. A los 15 años, la ley lo atrapó y fue enviado a un reformatorio para chicos, donde se dio cuenta de que su vida necesitaba un giro. Y fue entonces cuando Dios entró en escena. Dice:
Este joven es ahora una persona segura, alegre y con un futuro brillante. Da charlas en los colegios y en el reformatorio de chicos en el que estuvo para compartir su trayectoria con los jóvenes y animarlos. Su vida se ha transformado de forma tan increíble que incluso una agencia gubernamental le ha contratado para que hable a los jóvenes con problemas. Dice que desde que Jesús entró en su vida, ha visto cómo su gracia y su favor sobreabundan en su vida. Muchas puertas se han abierto para él y su vida ha sido realmente enriquecida, con avances en áreas como su trabajo, estudios, familia y relaciones. ¡Démosle a Jesús toda la gloria!
Eso es lo que necesitan nuestros jóvenes: ¡una revelación del amor perfecto de Jesús por ellos! Afuera, hay un mundo perdido y moribundo. Amigo mío, ¡los Diez Mandamientos no pueden ser lo único que los jóvenes conocen sobre el cristianismo! ¿Cómo pueden evitar pensar que el cristianismo no es más que reglas, leyes y reglamentos sobre lo que deben o no deben hacer? ¿Cómo pueden evitar imaginar que Dios es alguien que está enfadado con ellos y que busca oportunidades para castigarlos? Para que los jóvenes de tu comunidad se acerquen a Jesús, tendrán que saber que el cristianismo es una relación íntima con un Dios amoroso. Una vez que sepan esto, estarán golpeando las puertas de las iglesias todos los domingos para entrar a escuchar la predicación de Jesús y su gracia.
Amados, ruego que como el joven cuyo testimonio acabas de leer, sigas permitiendo que Jesús te muestre más y más de su perfecto amor por ti cada día.